Robar no es entrar a un supermercado y llevarse productos de primera necesidad, como han hecho los de CUT-BAI. No debería serlo. Los productos de primera necesidad son lo que su propio nombre indica: productos que cubren necesidades primarias. Nadie en su sano juicio -quizá este sea el problema de fondo- puede pensar honestamente que por llevarse 10 carros cargados de productos de primera necesidad los supermercados sufran ningún daño en su economía. Ningún daño. ¿De qué estamos hablando?
La acción encabezada por el alcalde de Marinaleda le honra, a él y a todas las personas que le acompañaron.
Hoy sabemos que a Bankia le van a dar en torno a 24.000 millones de euros. 24.000 millones de euros. A Caixa Nova Galicia 7.000 millones. A la Caixa 6.000 millones (etc).
¿De dónde sale ese dinero? ¿Quién lo produce?
La acción de los de Sánchez Gordillo tiene una importancia crucial en el momento actual y debe ser apoyada sin dudarlo. El PP va a poner toda la carne en el asador de ahora en adelante, hoy más que nunca el PP tiene que intentar desviar la atención de las clases más bajas, haciéndoles ver que los responsables de su situación no son los grandes bancos, ni los especuladores financieros, sino los inmigrantes que les roban el empleo y les colapsan el transporte público y la sanidad pública. Paralelamente, el PP apuestan por la sanidad privada, por la educación privada, suben los peajes y la gasolina. El negocio es redondo y perfecto. El único problema puede venir de la política izquierdista más populista, que es la que debe indicar claramente, sin tonterías, el camino, que no es otro que despojar a los más ricos de su riqueza. Porque no hay otra opción. La respuesta del PP va a ser de órdago, no puede permitirlo. Pero este es el camino, y me alegra ver que Sánchez Gordillo lo tenga claro, pero se la está jugando.