Dejé de seguir a las Ginetas cuando la hembra ya muy preñada cambió de territorio por Mayo/Junio para parir, y lo largo de todo el verano las he ido fotografiando en diversas ubicaciones, algunas realmente lejanas (no deja de sorprenderme las larguísimas caminatas que se pegan, y lo que es más sorprendente, de forma cotidiana).
A primeros de mes me tratando de localizar a las Garduñas de las que sí no que sabía nada hacía más de un año, descubrí que estaban compartiendo ambas, garduña y gineta, un pequeño bosquecillo de pinos. Que ambas especies compartan espacio es habitual (por desgracia para la garduña que suele tener las de perder), lo que si que me llamó la atención fue el aspecto famélico del macho de gineta (el verano hace estragos).
Estos últimos días me he podido acercar a filmarlas y afortunadamente parece que mi primera impresión fue errónea o pasajera, como se puede ver en el vídeo luce un aspecto normal y saludable, un ayuno pasajero y un verano duro.

Este otro vídeo no tiene tanta calidad. Sorprendí a la gineta encaramada a un pino y aunque la linterna no daba más de sí se aprecia una particularidad exclusiva de las ginetas: además de hacer aparentemente fácil la escalada por las ramas secas de un gran pino carrasco, observad hacia el final del vídeo, cuando el animal vuelve al suelo, como baja el tronco cabeza abajo. Es el único mamífero de la península, con permiso de ardillas y ratones, capaz de bajar de esta manera de un árbol y sin usar las ramas, casi rotando 180 grados las patas traseras para dejarlas atrás para soportar el cuerpo colgando.
(me gusta especialmente el último saltito hacia el suelo, que está a unos 3 metros todavía)